domingo, 8 de mayo de 2016

Rodrigo Verdugo Pizarro

Rodrigo Verdugo Pizarro


CUARENTAYTRESAVO ANUNCIO

 

A mi Hermana Teresa Verdugo Pizarro

"Ahora deseas la luz debajo de la sombra, una isla en tu pelo

Donde habite la angustia"

Antonio Campaña

 

 

Golpeas con furia a los caballos,

Quieres que el carruaje corra,

Quieres que los caballos se desboquen.

Te abandonará la sal una noche

Y llamarás a tus esclavos.

Tu placer ya no cabe en el mar

Y mandas a degollar a tus esclavos.

Te ves envejecer

Te remuerdes por el asilo que te negaron tus propias chispas

Siempre dios está de espaldas al fuego

Algunas tempestades son amarillas

No intentes rejuvenecerte en ellas

No hay como detener a los caballos desbocados.

Estas de espaldas al mar esta noche

Porque todos tus esclavos están muertos.

Yo se que quieres que los depositarios te busquen con ojos de chispas

O que la sal se vuelva una ciudad enterrada

Yo se que de pronto destruyes la casa de tus padres

Y les propones que se vayan a vivir a la ciudad de sal que ordenaste construir

Reflujo a reflujo, excediendo la confianza de la sal,

Poniendo piedras en la injusticia angelical de los fragmentos

Poniendo espejos en la enemistad de las extensiones

Alguien con ojos de chispas te busca

Tal vez quiere llevarte del brazo al asilo

Cada ola, cada golpe en la roca,

Es el látigo sobre un caballo o es el látigo sobre un esclavo más

Es el látigo a veces sobre tu propio cuerpo o sobre otros cuerpos,

Y cuerpos, y más cuerpos, oh llamas sin altar, sin llegar a la clave de la germinación

¿Cómo hiciste para que levantaran esa ciudad?

Muéstrame los planos,

No me vas a decir que gracias a las piedras y a los espejos la nada logra perdonarnos

Eras niña todavía,

A un pájaro le mostraste la sombra del tiempo

Estaba todavía la enemistad de las extensiones, la injusticia angelical de los fragmentos

Cual vacio de piedra que domina a los espejos



Cada ola se remuerde una más que la otra

Los ángeles soplan, justamente para que eso sea olvidado

Las heridas se rebelan contra el mar,

¿Y de que valen los soplos, entonces?

A una herida le adeudas no lo soñado



De que valdrían esos soplos si aparece uno de esos esclavos declarándote su amor

Recordándote que estas aferrada a un solo árbol

Tú lo niegas, lo expulsas,

Por exceder la confianza de la sal

Lo quieres lejos de la servidumbre,

Relegado a los establos,

A las cocinas donde dejan grandes trenzas de ajos, grandes trenzas de longanizas

Y es verdad, tú estás aferrada a un solo árbol

Cual pedestal para el vuelo rebalsado del pájaro que vio la sombra del tiempo



Tú te maquillas a la luz de los relámpagos

De aquella tempestad que se ha tragado todas las empuñaduras

Quédate sentada en la arena

Tus muslos han llevado esa salpicadura entre ángel y demonio

Remuérdete, los cuerpos son llamas sin altares

Participa en todos ellos la injusticia angelical de los fragmentos

Álzate del turbio anhelo

¿Hay realmente algún árbol que haya sido único para la sangre?

Quien camina muy temprano por la arena

Tiene la claridad suficiente como para ordenar construir una ciudad de sal

Y atreverse a que sus padres vivan allí

Tú te sabias abandonada,

Confinada al desvarío de plata de los adolescentes

Todo ha cambiado, has crecido, no hay realmente un árbol que haya sido único para la sangre,

Tte han soltado de la mano, corres hacia el mar, igual que esa luz que viene a liberar las lámparas,

Rebalsas el vuelo que ningún pájaro pudo rebalsar,

Las heridas se revelan por no poder manar la sangre del descubrimiento,

Los huesos se vacían de todo ángel ebrio, infiernos y paraísos soportando un solo anillo,

Una tempestad amarilla guardándote de la vejez,

Los caballos muerden y se llevan y destruyen los planos de esa ciudad de sal,

Y entonces cae, y es una ciudad enterrada, pero no te importa,

A ti solo te place que siempre haya un ama, una única ama, y un solo látigo, un rayo pidiendo otros

filos,

Pero no, los planos de esa ciudad de sal que mandaste a construir,

No fueron destruidos por el hocico de los caballos,

Fueron alcanzados por una chispa, y ardieron todos en una pira, porque tú te descuidaste,

Te descuidaste porque estabas maquillándote a la luz de los relámpagos, te encerraste en una piedra

Para que tu belleza declarará la sangre del descubrimiento ante las cuajadas potencias del mediodía

A la espera de quien instaurara el orden en esa ciudad de sal, se tardó demasiado, se tardó siglos y

siglos,

Estaba en la batalla de los depositarios, esa batalla que libran al fondo de la luz o al fondo del fuego,

Hilvanando el desvarío de plata de los adolescentes a las llamas sin altar,

Tú te quedaste en la consumación solitaria, en el turbio anhelo,

Y eso se estampó en cada relámpago para la envidia de las serpientes que acechan en los establos

Que se esconden entre trenzas de longanizas y los falos de los esclavos muertos

Aùn para tu pesar, o para el pesar de tus antecesores, y antecesoras, y entre todas ellas, ella ,

¿La recuerdas? el sol salió de noche cuando la decapitaron,

Las norias hicieron subir venenos constelados,

Las armerías cerraron indefinidamente

De ella no has vuelto a hablar, encerrada en la piedra,

Tú que sabes expulsar, tú que siempre estas de espaldas,

Tú que si ves alguna chispa mandas a exterminarla, no temes acaso por quienes van en el carruaje,

No temes que el carruaje vaya a dar al precipicio,

No temes al sentarte en la arena y al apretar los muslos por el caracol que hiela los augurios,

No temes que las criadas al almorzar esas trenzas de longanizas encuentren el falo de alguno de esos

esclavos,

Esperas que la sal se vuelva una ciudad en plena superficie, que sus planos se reconstituyan,

Que emerja con la ayuda del hocico de los caballos

Y que alguien con ojos de chispas quiera llevarte del brazo de vuelta a la casa,

Con èl es con quien finalmente te quedaras, el mismo depositario de ojos de chispas,

Sé que lo golpearas y él será sumiso, alguna vez fue tu esclavo,

Fue el adolescente, fue el pájaro, fue el árbol, fue la serpiente, fue el caballo, fue el cochero,

Ahora eras tú la que le pedía con clemencia otros filos al rayo,

Si el cochero con ojos de chispas, que no miras a los ojos,

Esta noche te maquillas no a luz de los relámpagos, sino a la sombra del tiempo,

Escuchas a un pájaro cantar, como si viniera del fondo de la luz o del fondo del fuego, para cantarte
solo a ti,

Un ángel ebrio vuelve a atesorar tus huesos,

Batallen por mi dices al fondo de la luz y al fondo del fuego,

¿Para que el esclavo me declaro su amor, si no hay árbol único para la sangre?

¿Para que el adolescente se confino a su desvarío de plata, si los cuerpos son llamas sin altares?

¿Para que los caballos miraron al cochero con ojos de chispas si las serpientes son látigos que

golpean en las olas?

Mejor es que estés de espaldas a todo eso, ya no quieres toda esa sumisión es solo sal,

Y ya nada más puede confirmar la sal en una mujer.

(c) Rodrigo Verdugo Pizarro
Santiago de Chile

Rodrigo Verdugo Pizarro: Nace en Santiago de Chile el 9 de enero de 1977. Se inicio en el taller de poesía "Isla Negra" dirigido por el poeta Edmundo Herrera desde 1992 hasta 1996 en la SECH. Coeditor y articulista de la Revista Derrame, Sub Director de Ediciones Derrame, Coeditor de la Revista Labios Menores, Sub director de la Revista Rayentru. Su obra ha sido publicada en revistas y antologias nacionales y extranjeras siendo traducida parcialmente al: Ingles, Francés, Italiano, Portugués, Polaco, Árabe, Uzbeko, Rumano, Bulgaro y Catalán. Así mismo su trabajo aparece en las pagina web "Viu la Poesía" (España), a cargo del grupo "Pocio, poesía y educación" de la Universidad de Barcelona, a cargo de la catedrática Gloria Bordons. En 2002 pública su primer libro "Nudos Velados" Ed Derrame (prologo de Roberto Yáñez e ilustraciones de Aldo Alcota). En 2005 participa en la exposición colectiva "Derrame Cono Sur o el viaje de los argonautas" en la Fundación Eugenio Granell (Santiago de Compostela, España), y obtiene el primer lugar en el concurso "Alas de Poesía" organizado por la asociación "Amigos de la Poesía" (Monterrey, México). Tambien participa en las VI Jornadas Interrnacionales "Imágenes del cine", organizadas por el Instituto de Artes del Espectàculo de la Universidad de Buenos Aires, bajo la direcciòn de la catedrática Sylvia Valdès, en el Archivo General de la Naciòn (Buenos Aires, Argentina). En 2008 participa junto a los poetas Rodrigo Hernández Piceros y Marcela Albornoz Dachelet en la edición del libro "Ídem" del poeta Armando Uribe, Coedición Ediciones Derrame- Editorial Universidad de Talca, y participa en la exposición internacional de surrealismo "O reverso do olhar", en la Casa de la cultura de Coimbra, (Coimbra, Portugal). En 2009 participa en la exposición internacional de surrealismo "Iluminacoes Descontinuas", en el Convento de San José, (Lagoa, Portugal), y es invitado a la XIX versión del Festival Internacional de Poesía de Medellín, (Medellín, Colombia). En 2010 Participa en la muestra "Bicente Chile, BCN", Muestra poètica Chile- Barcelona, en el Centro Cívico Convent de San Agusti, (Barcelona, España). En 2011 participa en la exposicion colectiva "El inverso del universo, homenaje a los cien años de Roberto Matta", organizada por la Fundacion Itau. En 2014 participa en la exposición internacional de surrealismo "Vune Koridy", en la galería Student de la Universidad de Ostrava (Ostrava, Repùblica Checa), y publica su segundo libro "Ventanas Quebradas", (prologo de Lorenzo Peirano), Olga Cartonera. En 2016 participa en la exposicion internacional de surrealismo "Las llaves del deseo", organizada por la Fundaciòn Camaleonart (Cartago, Costa Rica), Actualmente dirige el taller literario "Joan Brossa" del Centre Català. Mantiene inéditos los libros "Anuncio", proximo a publicarse en Francia por ediciones "La Voix Des Autres, Collection Danger poesie", y en Chile por Libros del pez espiral, y "Transmisiòn debajo de las piedras".




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